Capitulo 8 (viernes 15 de agosto… sábado 16)

Después de contarles todo a los chicos, me fui a dormir. Realmente estaba cansada. Me puse mi piyama casi sin fuerzas, y caí rendida en la cama.

Y allí estaba yo de nuevo. Los dos tipos teniéndome… y el otro con el cuchillo en su mano… pero solo que esta vez… el cuchillo atravesó por completo el cuello del chico.

-Nooooooooooooo!- Grite con todas las fuerzas de mis pulmones. A los segundos, tenia a Peter golpeando mi puerta. No lograba responderle, por lo que la abrió. Sabían que no ponía la cerradura, salvo si me estaba cambiando o algo similar.

-¿Qué pasó?- Preguntó alarmado. Se sentó a mi lado, comprendiendo al instante que solo había sido una pesadilla.

-Ellos lo mataban.... Oh Dios Mío... Yo podría haber hecho que lo mataran- y me abrazó, dejándome llorar en su hombro.

-Tranquila... Fue solo un sueño... Sabes... Él no estaría vivo si vos no hubieras intervenido- y continuo acariciando mi pelo hasta volverme a dormir.

Al día siguiente, mis ojeras pronunciadas, y mi mal humor por la mala noche se hicieron presentes. Así que trate de tener el menor contacto posible con el resto.

Estaba sirviéndome un te, cuando un grito de Sofía desde la puerta hizo que todos fuéramos a ver que pasaba.

-Ornela…. Ornelaaaaaaa!... Vení yaaaaaa!-

Cuando llegue, Sofía saltaba con un sobre en la mano. Tenía escrito con tinta que estaba destinado a mí. Firmaba un Thomas… Yo no conocía a nadie con ese nombre. De todos modos, la curiosidad me hizo abrirlo y ahí entendí todo.

Ornela:
Espero que no te moleste que haya averiguado tu direccion en el Hospital. Ellos no querían dármela, pero les expliqué todo lo que hiciste por mi, y la necesidad que yo sentía de agradecertelo con éste presente.
Te he hecho un cheque. Tómalo, por favor! Es la única manera que encuentro para agradecerte por haber salvado mi vida. Además, no sabía que podría llegar a gustarte, así que era más fácil si tu lo eliges.
Gástate cada euro!!
Saludos!!
Thomas

Y detrás de la carta se encontraba el cheque. Era de… ¡¡100.000 euros!! Este tipo estaba loco. ¡Ni en pedo iba a cobrar eso! El resto comenzó a gritar en medio del porche, cuando vieron la suma… y gritaron con más fuerza cuando vieron que lo rompía en pedazos.

-¿Qué demonios estás haciendo?!- Me preguntaron al unisonó todos.

-¡No pienso aceptar esto, ni loca!- y me gire y entre... dejando a los otros mirándome estupidizados por mi acción.

Después de casi dos horas de escuchar las protestas de todos… Sonó el timbre, nuevamente. Troy fue a atender, y me llamo a los gritos. Hoy estaba siendo un día muy ruidoso. Eso me hizo enfurecer aun más. Cuando llegue a su lado, vi que sostenía otro sobre. Era, otra vez, la letra de Thomas. Era nuevamente un cheque, por la misma cantidad, y una nota escrita, evidentemente, de manera rápida y desprolija.

Si rompes éste cheque también, me veré obligado a secuestrarte y llevarte personalmente al banco a depositarlo.

Me reí… mire hacía los lados… Evidentemente me había visto la primera vez… así que debía de andar rondando por ahí. No vi a nadie. Pero de todos modos… en mi piyama, me puse en el medio del porche… y lentamente comencé a trozar el cheque… Entre con los pedazos en la mano, y los arroje al bote de basura.
Ya era el mediodía… por lo que decidimos con los chicos comenzar a hacer la comida.

Entonces… por tercera vez en el día, sonó el timbre.

-No puede ser…- Proteste… y fui a atender la puerta. Si… era él. Estaba apoyado en la puerta y cuando le abrí… sonrió.

-Te lo advertí...- y me tomo del brazo intentando llevarme a su auto… Una cosa destartalada, que no pude identificar.

-Ni en pedo… Déjame en paz… ¡No necesito el dinero!- y me solté de él.

-No me importa.... Es un regalo... Y no me iré hasta verlo depositado en tu cuenta- y volvió a tomarme del brazo. Clave mis pies en el suelo... y tire mi cuerpo para atrás. –Por favor… Vos me salvaste la vida… No puedo hacer nada menos que ésto- Por dios… volvía a mirarme con esa carita de perrito tierno, mientras sus manos recorrían lentamente su pelo, desde su frente hacia atrás… sentí como el calor comenzaba a subir.

-¡No!... ¡Y de nuevo no!...- y me solté de él por segunda vez. Se quedo mirándome, sin saber que hacer. Y sonreí ante tal posibilidad. Volvió a mirarme serio. ¿Por qué lucia tan hermoso cuando se ponía serio, uniendo esas dos grandes cejas?

-Realmente quiero hacer algo por ti... Dime... Algo... Lo que necesites…- Y se quedo mirándome fijo, esperando mi respuesta, aun con sus cejas unidas.

-Bueno, podrías donarlo…- por un momento creí que iba a tener que salir corriendo detrás de sus dos ojos verdes... porque los abrió tan grande, que podían habérseles caído.

-¿Qué?.... ¿Vos me estás cargando a mi?...- y dicho esto hizo un gesto con sus brazos, expresando su desconcierto- Alguien viene a ofrecerte dinero por tus acciones, y vos pedís que lo donen… ¿Eres un extraterrestre?- y apoyo su hermoso cuerpo sobre la pared del porche, mientras que su mano recorría su pelo, otra vez.
¿De donde conocía yo ese gesto?... No se que cara habré puesto… pues ni bien me vio mirarle el pelo, se volvió a “acomodar” su nido de pájaros tal y como estaba. Tranquila, lo más tranquila que pude, le conteste.

-No... No soy un extraterrestre… Soy de Argentina… Pero quizás sea mas o menos lo mismo.- no pudimos eivtar reirnos al mismo tiempo.

-Asi que... ¿No vas a aceptar el dinero?-

-Nop- Y se quedo pensativo por unos momentos.

-Bueno... Podemos encontrar un punto medio... Porque yo quiero darte la plata... Pero tu no quieres recibirla.... Asi que si 100.000 euros es mucho para ti... El punto medio serían 50.000 euros... ¿Trato?- y me extendió la mano para cerrar el trato.

-Nop… ¿1.000?- y cuando le extendí la mano, él corrió la suya.

-Naaa…. 10.000…. Y el resto lo donaré... Si te niegas, depositaré los 100.000 euros en tu cuenta aunque tú no quieras- y me estiró la mano, satisfecho con su oferta.

-¿Por qué aceptaría?... Tú... No sabes mi número de cuenta... Así que no tengo porque preocuparme...- y me giré, con intensiones de entrar a la casa de nuevo, y terminar esta conversacion de una buena vez.

-Jajaja… No tienes ni idea... Tengo un montón de gente conocida que es muy importante, que no se negarán a averiguarme tu numero de cuenta... Solo me llevará un poco mas de tiempo... Pero todo el dinero terminará depositado en tu cuenta- Y sonrió con suficiencia

-Ok... Quiero verte intentándolo- Le sonreí, y le cerré la puerta en la cara.

Si… Como no… mira que ese tipo va a depositarme 100.000 euros… si ni siquiera tiene para un auto decente… y para colmo iba a recorrer todos los bancos, hasta encontrar mi cuenta, cuando ni siquiera sabia ni nombre. En el hospital le podrán haber dado mi dirección y nombre, pero hay datos que son privados, y que no se los dan a cualquiera.

Entre aun sonriendo al comedor, dispuesta por una buena vez probar la comida. Los otros tres me miraban curiosos…

-Ya sé que escucharon toda la conversación… Así que no me hagan perder el tiempo preguntándome.- Los tres corrieron sus caras, y se centraron en comer.